domingo, julio 23, 2006

Código 46

Michael Winterbottom nos masacra a todos con una terrible, infame, y horrorosa arma: el aburrimiento.

Code 46 (2003) Dirigida Por Michael Winterbottom, con Tim Robbins y Samantha Morton.

Bajo mi humilde punto de vista, hay pocas obras que puedan ser calificadas enteramente de "malas". Toda película tiene su objetivo y su espectro, sin importar sus características y las definiciones que haya hecho su director (mas o menos comercial, innovadora, valiente, etc.). Es muy posible que un Sabado a la noche no me encuentre con muchas ganas de ver una pupila estacionada en pantalla por 20 minutos, pero también lo es que un Martes a la noche si puedo estar más dispuesto a disfrutarlo. "Codigo 46" cae en ese precipicio donde, a mi parecer, nada es rescatable: es una película sin alma, sin objetivo y sin definición. En particular, me recuerda muchísimo al reciente cine argentino, con su uso intensivo de técnicas de filmación para enmascar la innegable falta de talento e ideas que dan motor a una gran obra.

La película narra la historia de William Gold (Tim Robbins) , un agente del gobierno que viaja al "otro lado del mundo" para investigar una infracción al código racista que da nombre a la película. En ese viaje conoce a Maria Gonzales (Samantha Morton) y se enamora de ella, dando lugar a una situación conflictiva, ya que ella misma es la infractora del código.

La película, en todo momento, intenta desesperadamente ser
"importante". Emplea ritmos pausados, tomas variadas y pesados y larguísimos diálogos, pero jamás intenta aportar un elemento de interés que atraiga al espectador. Las referencias de ciencia ficción son mínimas, y el ritmo frío y con poca inventiva termina generando un sentimiento de apatía al espectador. Hablemos claro: Intentar filmar una película revolucionaria con pocas ideas es como desear que un equipo de fútbol tenga un juego exquisito con 11 defensores rústicos. Simplemente no se puede.

En cuanto a las actuaciones, da la impresión que hacen lo mejor que pueden en la situación que les ha tocado. Tim Robbins es un buen actor, aunque bajo mi parecer esta comenzando a encasillarse en estos role
s cansinos y lentos. Samantha Morton tambien es una buena actriz, y si el director le habia pedido que fuera helada para su rol, sin duda lo ha logrado. Maria no transmite un solo sentimiento en todo el film.

En resumen, me arriesgo a decir que es lo peor que se ha visto en los cines de Argentina en el año 2005, ni siquiera recomendable para DVD. Roguemos que no se vuelva a repetir, por el bien de todos...

No hay comentarios.: